Por Keysa Leger 28/03/2022
El abuso de la televisión
comercial ha contribuido a modificar las relaciones personales, a la
inactividad y la generación de necesidades superfluas, las cuales muchas veces
ni siquiera existen en la mente del sujeto. Esto favorece el desarrollo de
conductas negativas, ya que las personas creen que es posible imitar todo lo
que ven.
Los especialistas
advierten que la televisión genera actitudes de sometimiento y falta de
pensamiento crítico. La pasividad frente al televisor es una constante en los
individuos y es habitual que la apatía y la desilusión se apoderen de ellos. De
igual forma, se ha comprobado que los mass media son persuasivos, favorecen la
enajenación, manipulación y el adoctrinamiento a través de los mensajes
publicitarios que aparecen en la programación de la televisión, propiciando el
consumismo desmedido de productos.
Hoy en día, la mayor
parte de la programación televisiva reproduce una cultura de ignorancia y
consumo que conlleva al afán permanente de los individuos, por ascender a la
escala social y a mantener su posición privilegiada, que les permite acceder de
forma directa al consumo de bienes y servicios “socialmente aceptados”.
Un estudio realizado en
México en el 2020 comprobó que anualmente los niños pasan más tiempo frente al
televisor que en la escuela. Durante ese lapso están expuestos a más de 20,000
comerciales. Los infantes que pasan más de seis horas al día frente al
televisor obtienen calificaciones significativamente más bajas en los exámenes
de lectura que aquellos que la miran horas menos. Asimismo, investigaciones
realizadas con más de 400,000 alumnos revelan que la televisión es perjudicial
para alcanzar logros académicos. Recientemente, se ha demostrado que quienes se
exponen menos a este dispositivo electrónico son menos agresivos, demandan
menos juguetes y son menos propensos a ser obesos.
Si analizamos
detalladamente el contenido de los medios de comunicación nos daremos cuenta de
que condicionan la conducta humana y permiten la constante manipulación por
medio de estereotipos, que las personas aceptan sin cuestionar. La función del
aparato publicitario en la prensa, la radio, la televisión y el cine es la de
influir en el comportamiento social, la de recrear un mundo maravilloso pero
irreal, el en que se inhiba su conciencia crítica , al punto de hacerla incapaz
para resolver los problemas de la cotidianeidad.
En suma, es evidente que
los medios de comunicación difunden entre la población la idea de que su
posición social se eleva gracias al consumo de bienes y servicios.
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