“La
responsabilidad de la información, que es social e involucra a la colectividad,
debe garantizar que no se pueda decir cualquier cosa, mentir, manipular o decir
algo que vaya en contra del bien común por defender intereses particulares. Así,
la libertad de información o de prensa se parece más (cada vez más) a un deber
antes que a un derecho, aquel que obliga éticamente a los periodistas a asumir
la responsabilidad, en primera persona y en nombre del medio, que implica la
puesta en circulación de contenidos públicos relevantes, y que son tales porque
afectan a la vida de todos”.
Mauro
Cerbino
La políticas editoriales
y las relaciones con grandes corporaciones, hace que los medios no publiquen
determinados temas que afectan los intereses de esos terceros. Por tal razón,
Cerbino menciona “la responsabilidad de la información”, información que no
debe estar supeditada a intereses particulares, pero que es todo lo opuesto.
Hoy en día, la prensa
mantiene una queja constante sobre la “censura”, omitiendo el derecho a réplica
y obviando que, los principales encargados de violar la libertad de expresión
son los medios de comunicación.
La función principal de
los medios actuales es crear un consenso que materialice los intereses de las élites
económicas y financieras. Como consecuencia directa, algunos periodistas no asumen
la responsabilidad y prefieren ceñirse a la línea editorial del medio. Por tanto,
no manifiestan su punto de vista, sino las del medio para el cual trabajan.
El mensaje que los medios proliferan no es más que un contrato, cuya limitante radica en no afectar los intereses de alguna de las partes, y favorecer la construcción de la hegemonía, para difundir la política dominante. Paradójicamente, ellos mismos ejercen censura sobre sí.
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