Por Keysa Leger 27/03/2022
El mensaje presentado por los medios no es
impuesto por violencia o por obligación, sino aceptado como un contrato. La
función fundamental de los medios es la fabricación de consenso, hacer que la
gente piense y consuma como ellos quieren, el consenso que expresa los
intereses de las élites económicas y financieras, y en un mundo consensuado y
hegemónico los conflictos desaparecen.
De acuerdo con el lingüista estadounidense
Noam Chomsky: los medios son instituciones ideológicas efectivas y
poderosas, que llevan a cabo una función propagandística de apoyo al sistema
mediante su dependencia de las fuerzas del mercado, los supuestos
interiorizados y la autocensura. Por tanto, la función de dominación que
ejercen los medios se presenta en forma muy sutil y muchas veces pasa desapercibida. La
dominación implica no solo represión, sino construcción de hegemonía.
En ese sentido, la fabricación de
consenso, como rol de los medios, también implica una función de propaganda. La
actividad propagandística es uno de los aspectos más relevantes del contenido
de los medios de comunicación de masas. De esta manera, los medios de
comunicación masivos responden a intereses definidos, y el discurso que ofrecen
emite propaganda política, crea opinión pública y persuade a favor de la
ideología dominante.
Finalmente, ante tal avalancha de
mensajes, que llegan de manera subconsciente, el sujeto va desapareciendo para
convertirse en potencial consumidor y en reproductor del status quo (la
situación actual).
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